El futuro es automático

La automatización es una tendencia creciente y ya una realidad en muchos ámbitos de la industria de servicios. En un futuro próximo, los buques de carga sin tripulación surcarán los vastos mares y los camiones sin conductor recorrerán el planeta. Antaño, la aparición de puertos, aeropuertos y redes ferroviarias dio origen al reloj que ahora marca las horas en todas las paredes de las oficinas. Pronto, las cadenas mundiales de reparto estarán formadas por una entidad orgánica compuesta por algoritmos de automatización listos para reaccionar a cada necesidad y deseo humano en un microsegundo y capaces de anticiparse a estas necesidades. ¿Qué significa todo esto para el lento negocio de la construcción, hecho de hormigón y hierro, que intenta seguir el ritmo de una economía mundial en constante movimiento y rápido crecimiento? ¿Cuáles son los retos y las posibilidades?

La oportunidad llama a la puerta

Los consumidores de clase media de todo el mundo empiezan a vestir igual y a decorar sus casas con un estilo similar. Los ganadores de la globalización son las empresas conectadas eficazmente y que están al tanto de las tendencias emergentes. Ikea es el ejemplo paradigmático de una empresa que ha sabido aprovechar las tendencias mundiales y se ha convertido en un lugar donde los consumidores pueden elegir fácilmente lo mismo si están en Shenzhen o en Austin. Aprovechar los datos obtenidos de las compras impulsa su negocio. También en la construcción, las tendencias ya no son locales, sino que serán cada vez más globales. La gente no quiere necesariamente las mismas cosas, pero sí la misma gama de opciones. Las empresas de la construcción deben prepararse para satisfacer estas demandas y altas expectativas. Sentir el pulso del ser global. Interpretarlo. Para reaccionar ante él. Para tomar el control del enorme flujo de datos.

Sentir el pulso: la nueva era de la construcción

Hoy en día, las empresas de construcción suelen tratar con datos muy fragmentados; lo que podría ser una poderosa herramienta para impulsar el negocio se queda en inútiles trozos de datos divididos en varios sistemas: todos conocemos a esa empresa por ahí que desea reducir el número de sus aplicaciones a cien. En la era de la información, los datos son el capital más valioso. Todas las partes interesadas deberían poder utilizarlos, no sólo las empresas de construcción, sino toda la cadena de proveedores. Llevar la información a una única plataforma digital es la forma de tener los big data al alcance de la mano. No sólo para controlar el presente, sino también para predecir el futuro. Aunque las posibilidades de la digitalización del negocio de la construcción están aún en gran medida por explorar, es bastante obvio quién tirará de los hilos. Los líderes mundiales de la construcción sintonizarán con los deseos y anhelos del consumidor.

El futuro se co-crea

Para la próxima generación de compradores de viviendas, la tecnología no es sólo una herramienta que les ayuda a realizar tareas específicas, sino una forma fundamental de crear y mantener relaciones y de formar una identidad. Cuando veo a mi hijo jugar a Minecraft, construyendo rascacielos y pueblos con sus amigos, está claro lo que esperará su generación. El futuro de la construcción está en manos de las empresas capaces de ofrecerles el abanico de opciones y el control al que están acostumbrados en el reino virtual. En el mejor de los casos, la tecnología puede ayudar a allanar el camino hacia una cultura global de cocreación. En mi opinión, incluir a los compradores de viviendas es importante, pero no suficiente. Una base sólida se construye cuando el marketing, los jefes de proyecto y las obras comparten la información pertinente bajo un mismo paraguas. Romper los silos de comunicación dentro de la organización de la construcción es imperativo a la hora de dirigir su negocio a través de esta inevitable transformación.